Contratar un asesor patrimonial independiente para tu pensión puede ser seguro y muy valioso, siempre que verifiques su experiencia, capacidades, modelo de cobro y evidencias de trabajo con otros clientes. Para perfiles de 50 a 65 años que desconfían de bancos, aseguradoras y Afores, un buen asesor independiente funciona como “filtro” y traductor entre tus intereses y un sistema complejo y poco confiable.
En México, solo 42.2% de las personas entre 18 y 70 años tiene una cuenta formal de ahorro para el retiro o AFORE, lo que deja a más de la mitad de la población sin un instrumento básico para su pensión. Entre las razones principales destacan la informalidad laboral, los bajos ingresos y la desconfianza hacia el sistema de pensiones y las instituciones financieras.
Esta desconfianza se traduce en miedo a ser engañado, a pagar comisiones ocultas o a tomar decisiones irreversibles sin entender realmente sus consecuencias. En ese escenario, un asesor independiente certificado puede ayudar a equilibrar la balanza a tu favor, siempre que exista transparencia y evidencia de su profesionalismo.
Un asesor patrimonial independiente es un profesional que no está atado a una sola institución, por lo que puede analizar y comparar distintas opciones de Afore, seguros, inversiones y estrategias de retiro antes de recomendarte algo. A diferencia de un agente que solo vende los productos de su banco o aseguradora, su propuesta de valor está en la objetividad y en alinear la recomendación con tu situación y objetivos de retiro.
En la práctica, un buen asesor independiente te ayuda a responder preguntas clave: cuánto necesitarás al jubilarte, si tu Afore actual es adecuada, si te conviene hacer aportaciones voluntarias, contratar un plan privado o una estrategia combinada. Su trabajo no es “venderte un producto” sino diseñar una ruta integral para que llegues a la edad de retiro con la mayor certidumbre posible.
De acuerdo con el estudio más reciente de México, ¿Cómo Vamos?, apenas 42.2% de la población adulta en México cuenta con una cuenta formal de ahorro para el retiro, a pesar de que este porcentaje es el más alto desde 2015. Esto significa que la mayoría de las personas sigue dependiendo de soluciones improvisadas o de la promesa de programas públicos, sin una estrategia clara y personalizada para su vejez.
El mismo reporte muestra que 54.5% de los trabajadores se encuentra en la informalidad, lo que limita seriamente su acceso a seguridad social y sistemas de pensiones tradicionales. Muchos terminan confiando en que las pensiones de bienestar cubrirán sus gastos básicos, pero diversos análisis advierten que estos apoyos son insuficientes para sostener un nivel de vida digno durante el retiro.
La seguridad no depende de que el asesor sea independiente o institucional, sino de tres elementos concretos: certificaciones, cómo cobra y qué evidencias tiene de su trabajo. Un modelo independiente bien estructurado suele ser más transparente, porque separa la recomendación profesional del interés de vender un producto específico.
Si no cumple con estos tres puntos básicos, lo más prudente es no avanzar, sin importar cuán “recomendado” o “barato” parezca.
En México, los asesores serios suelen complementar su experiencia con estudios formales y diplomados en asesoría financiera, inversión o planeación patrimonial, además de participar en asociaciones y colegios profesionales. Aunque los títulos exactos pueden variar, lo importante es que puedas corroborar en línea que esa institución existe, que el programa es real y que la persona efectivamente lo cursó o está afiliada.
Un asesor que invierte tiempo en educar a su audiencia suele estar más interesado en relaciones de largo plazo que en comisiones rápidas.
Los testimonios son una herramienta poderosa para generar confianza, pero también pueden ser manipulados si no se presentan con transparencia. Para adultos de 50 a 65 años, lo relevante no es ver “estrellas” o frases genéricas, sino historias concretas de clientes con problemas similares a los tuyos.
Si los testimonios parecen “copiados y pegados”, sin detalles o todos publicados en la misma fecha, es una señal de alerta.
Para una persona cercana al retiro, el principal beneficio de un asesor patrimonial independiente es que puede diseñar una estrategia integral sin estar limitado a un solo banco, aseguradora o Afore. Esto le permite comparar comisiones, rendimientos históricos, calidad de servicio y beneficios adicionales para construir un plan más robusto para tu vejez.
Todo esto puede traducirse en decisiones más informadas y en una mayor sensación de control sobre tu futuro financiero, incluso si tu experiencia con instituciones tradicionales ha sido negativa.
Antes de firmar nada, puedes utilizar este checklist práctico:
Si el asesor se muestra abierto, claro y paciente para responder todas tus dudas, es una buena señal de que entiende la importancia de ganarse tu confianza paso a paso.
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