Tener entre 45 y 65 años en México implica que cada decisión financiera de 2026 impactará directamente tu retiro y el patrimonio que dejarás a tu familia. Para que tus propósitos no se queden en buenos deseos, necesitas objetivos claros, datos concretos y una ruta de acción pensada para la realidad económica del país.
De acuerdo con el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), el ingreso corriente promedio trimestral de los hogares mexicanos llegó a 77,864 pesos en 2024, 10.6% más que en 2022; es decir, hay más ingreso, pero también más decisiones por tomar sobre cómo usarlo. En el mismo análisis, el gasto trimestral promedio fue de 47,674 pesos, lo que confirma que una buena parte de lo que entra también sale rápidamente en consumo, por lo que el presupuesto personal se vuelve clave para poder ahorrar e invertir.
Además, la Encuesta Nacional de Inclusión Financiera 2024 muestra que una mayoría creciente de adultos ya utiliza servicios financieros formales, lo que abre la puerta para que más personas utilicen cuentas de ahorro, inversión y retiro a su favor. En este entorno, contar con educación financiera y herramientas prácticas —como cursos especializados o planners— se convierte en un factor decisivo para quien quiere pasar de la intención a la acción.
Para 2026, tus propósitos financieros deben ser metas "SMART", por sus siglas en inglés que significan: específicas, medibles, alcanzables, relevantes y con fecha límite. Por ejemplo, en vez de “ahorrar más”, podrías plantear: “acumular seis meses de gastos en un fondo de emergencia antes de diciembre de 2026” o “aumentar en un 20 % mis aportaciones voluntarias al ahorro para el retiro durante el año”.
La experiencia muestra que muchas personas abandonan sus metas porque no llevan registro de sus gastos ni de su avance, algo que los medios especializados en finanzas personales en México identifican como uno de los principales errores. Un presupuesto bien hecho implica analizar ingresos fijos y variables, clasificar gastos en esenciales y discrecionales, y ajustar rubros para liberar flujo hacia ahorro e inversión, como recomienda la guía de presupuesto personal de El Heraldo de México para 2026.
La educación financiera continua es uno de los atajos más efectivos para mejorar tus decisiones de ahorro y retiro. En México existen opciones formales como el curso “El arte de gestionar tu economía” de la UNAM, que aborda desde la autoevaluación y el presupuesto hasta la planificación del retiro y la educación financiera familiar, y está diseñado justo para personas adultas que quieren reorganizar su economía personal.
Complementar este aprendizaje con contenidos prácticos y cercanos —como los materiales de Pequeño Cerdo Capitalista sobre metas de Año Nuevo, uso del aguinaldo e inversión básica— te ayuda a aterrizar conceptos técnicos en acciones concretas en tu día a día. Y si tu patrimonio es más complejo (negocios, varios inmuebles o herencias), vale la pena contar con un asesor financiero o fiscal para alinear tus objetivos de 2026 con una estrategia patrimonial de largo plazo.
Entre los 45 y 65 años, tus decisiones financieras ya no solo se tratan de “llegar a fin de mes”, sino de asegurar un retiro digno y un legado ordenado para tu familia. Por eso, tus propósitos de 2026 deberían incluir revisar tu Afore, medir si el monto estimado de pensión te alcanzará para mantener tu estilo de vida y, si es necesario, incrementar tus aportaciones voluntarias o combinar con otras inversiones de largo plazo.
Finalmente, vincula tu planificación financiera con aspectos patrimoniales como el testamento, la designación de beneficiarios y la organización de documentos clave, para que tu patrimonio trabaje a tu favor hoy y esté protegido mañana. Así, tu lista de propósitos 2026 deja de ser una carta de deseos y se convierte en un plan real de ahorro, inversión, protección y retiro alineado con la realidad económica de México y con el futuro que quieres construir.